La cobertura del riesgo cambiario es una estrategia esencial para las empresas dedicadas al comercio internacional.
Las fluctuaciones en el valor de las divisas pueden afectar significativamente a los ingresos, los costes y, en última instancia, a la rentabilidad. Ya se trate de una caída brusca del valor de una divisa o de un cambio repentino del mercado, la volatilidad de las divisas introduce una incertidumbre que puede socavar la toma de decisiones estratégicas.
Para gestionar esta exposición, las empresas recurren cada vez más a la cobertura estratégica, un enfoque proactivo para mitigar el riesgo cambiario. En lugar de confiar en conjeturas o reaccionar a los movimientos del mercado, la cobertura proporciona una forma estructurada de protegerse contra las fluctuaciones adversas de las divisas.
En este artículo, exploraremos lo esencial de la gestión del riesgo de divisas, incluyendo:
- Los fundamentos de la cobertura de divisas
- Técnicas habituales utilizadas por las empresas
- Beneficios clave de una estrategia de cobertura eficaz
- Soluciones tecnológicas que mejoran la toma de decisiones y la ejecución
Tanto si eres director financiero, propietario de una empresa o director de operaciones globales, comprender cómo navegar por el riesgo de las divisas es esencial para mantener la estabilidad financiera y la ventaja competitiva.
¿Qué es el riesgo de cambio?
El riesgo de cambio -también conocido como riesgo de divisas- se refiere a la exposición financiera a la que se enfrentan las empresas debido a las variaciones de los tipos de cambio entre distintas monedas.
Cuando una empresa opera más allá de sus fronteras -ya sea comprando mercancías a proveedores internacionales, vendiendo a clientes extranjeros o gestionando filiales en el extranjero-, los cambios en el valor de las divisas pueden provocar pérdidas o ganancias inesperadas.
Tipos de riesgo cambiario
El riesgo cambiario adopta varias formas, cada una de las cuales afecta a distintos aspectos de una empresa.
Riesgo de transacción
Surge de las transacciones reales en divisas, como pagar a un proveedor extranjero o recibir el pago de un cliente internacional.
Por ejemplo, si una empresa estadounidense acuerda comprar mercancías a un proveedor europeo en euros, y el euro se fortalece antes de efectuar el pago, la compra se encarece en dólares estadounidenses.
Riesgo de traducción
Esto afecta a las empresas que consolidan estados financieros de filiales extranjeras.
Cuando los activos, pasivos o ingresos de las operaciones en el extranjero se convierten de nuevo a la moneda nacional, las fluctuaciones de los tipos de cambio pueden distorsionar los resultados declarados, aunque no haya cambiado físicamente ningún dinero de manos.
Riesgo económico (o riesgo operativo)
Es el impacto a largo plazo de las fluctuaciones monetarias en la posición de mercado de una empresa y en sus flujos de caja futuros.
Por ejemplo, si un competidor japonés se beneficia de un yen más débil, podría rebajar los precios a nivel mundial, presionando el margen de los exportadores con sede en EEUU.
Por qué importa el riesgo cambiario
Los tipos de cambio pueden ser muy volátiles, influidos por una amplia gama de factores impredecibles: datos económicos, tipos de interés, tensión geopolítica o sentimiento del mercado. Para las empresas, incluso pequeñas fluctuaciones pueden tener un impacto significativo, especialmente cuando se trata de grandes volúmenes o márgenes estrechos.
Comprender los distintos tipos de riesgo cambiario es el primer paso para gestionarlos eficazmente. Al identificar dónde y cómo se producen estas exposiciones, las empresas pueden empezar a elaborar estrategias para proteger su salud financiera en un mercado mundial volátil.
¿Qué es la cobertura en el comercio de divisas?
La cobertura es una estrategia de gestión del riesgo diseñada para proteger a las empresas de los efectos adversos de las fluctuaciones de los tipos de cambio. En lugar de intentar predecir o beneficiarse de los movimientos de los tipos de cambio, la cobertura se centra en reducir la incertidumbre y preservar la estabilidad financiera.
Cuando las empresas están expuestas a divisas extranjeras, por ejemplo a través de ventas, compras o inversiones internacionales, las variaciones de los tipos de cambio pueden alterar los presupuestos, las estrategias de precios y los márgenes de beneficios. La cobertura pretende compensar o minimizar estas pérdidas potenciales bloqueando los tipos de cambio o creando posiciones financieras compensatorias.
Cómo funciona la cobertura
En esencia, la cobertura implica adoptar una posición, ya sea mediante instrumentos financieros o decisiones operativas, que se mueva en la dirección opuesta a la exposición. Si la divisa se mueve desfavorablemente, la pérdida en la transacción original se contrarresta con una ganancia en la cobertura.
Hay varias herramientas y técnicas habituales que se utilizan para cubrir el riesgo cambiario, entre ellas:
- Contratos a plazo: Acuerdos para cambiar divisas a un tipo fijo en una fecha futura.
- Opciones: Contratos que dan el derecho, pero no la obligación, de cambiar divisas a un tipo de cambio específico.
- Swaps: Acuerdos para intercambiar flujos de efectivo en divisas durante un periodo determinado.
Aunque estas herramientas varían en complejidad y coste, todas sirven al mismo propósito: estabilizar los costes y los ingresos, permitiendo a las empresas planificar con mayor confianza a pesar de la volatilidad del mercado.
En última instancia, la cobertura no consiste en eliminar todo el riesgo, sino en hacerlo manejable. De ese modo, las empresas pueden centrarse en el crecimiento, las operaciones y la estrategia sin verse desbaratadas por movimientos impredecibles de las divisas.
Por qué es importante para las empresas gestionar la volatilidad de las divisas
La volatilidad de las divisas no es sólo una preocupación teórica: tiene un impacto tangible en las operaciones, el rendimiento financiero y la planificación estratégica de una empresa. Si no se gestiona el riesgo cambiario, los efectos pueden extenderse a casi todas las áreas de la empresa.
Flujos de caja imprevisibles
Los movimientos inesperados de divisas pueden provocar importantes oscilaciones en el flujo de caja. Por ejemplo, si una empresa espera un pago en una moneda extranjera y esa moneda se debilita antes de la liquidación, la cantidad recibida en la moneda nacional puede quedarse corta. Esto puede afectar potencialmente a la liquidez a corto plazo y al capital circulante de la organización.
Márgenes de beneficio erosionados
La volatilidad del tipo de cambio también puede erosionar los márgenes de beneficio, especialmente para las empresas que operan con márgenes estrechos o que están atrapadas en contratos de precio fijo. Una repentina apreciación de la moneda de un proveedor, por ejemplo, puede aumentar los costes de la noche a la mañana, reduciendo la rentabilidad a menos que se ajusten los precios.
Presupuestos y precios alterados
La incertidumbre de los tipos de cambio dificulta establecer presupuestos fiables y fijar precios competitivos para los productos. Sin cobertura, los equipos financieros pueden verse obligados a acumular excesivos colchones o a revisar periódicamente las previsiones, lo que socava la credibilidad y la alineación estratégica.
Volatilidad de la información financiera
Las pérdidas por conversión de divisas pueden distorsionar los estados financieros, aunque las operaciones subyacentes sean sanas. Esta volatilidad puede suscitar dudas entre las partes interesadas y dificultar el cumplimiento de los objetivos de rendimiento.
Desventaja competitiva
En los mercados mundiales, las empresas que no gestionan eficazmente el riesgo cambiario pueden encontrarse en desventaja competitiva. Los competidores con programas de cobertura pueden ofrecer precios más coherentes y proteger sus márgenes, lo que les da mayor flexibilidad para responder a las condiciones del mercado.
Gestionar la volatilidad de las divisas no consiste sólo en evitar pérdidas, sino en crear previsibilidad financiera. Una estrategia de cobertura sólida ayuda a las empresas a mantener unos costes estables, proteger los beneficios e infundir confianza entre inversores, prestamistas y socios.
¿Cómo cubres el riesgo de cambio?
La cobertura del riesgo cambiario comienza con una comprensión clara de dónde y cómo existe la exposición a las divisas dentro de una empresa. Aunque las herramientas de cobertura varían, el proceso suele seguir un enfoque sistemático diseñado para reducir la incertidumbre y apoyar la estabilidad financiera.
1. Identificar la exposición a divisas
El primer paso es identificar todas las fuentes de riesgo de divisas. Esto incluye:
- Acreedores y deudores en moneda extranjera
- Transacciones entre empresas
- Préstamos o activos denominados en divisas
- Operaciones en el extranjero y filiales
Comprender cuándo y dónde se producen estas exposiciones -por importe, par de divisas y momento- es esencial para diseñar una cobertura eficaz.
2. Evaluar el riesgo y prever los flujos de caja
Una vez identificadas las exposiciones, las empresas deben analizar el impacto potencial de los movimientos de divisas. Esto implica
- Revisar la volatilidad histórica
- Previsión de flujos de caja futuros
- Evaluar la sensibilidad a las variaciones del tipo de cambio
La previsión ayuda a determinar cuánto cubrir y cuándo, alineando las estrategias de cobertura con las necesidades empresariales reales y la tolerancia al riesgo.
3. Elige el enfoque de cobertura adecuado
Las empresas pueden utilizar una combinación de estrategias financieras y operativas para gestionar el riesgo cambiario:
Cobertura financiera (derivados)
Implica utilizar instrumentos como:
- Los contratos a plazo se utilizan para fijar los tipos de cambio para futuras transacciones
- Opciones para crear una protección a la baja y permitir al mismo tiempo la participación al alza
- Swaps para gestionar exposiciones continuadas en el tiempo
Cobertura operativa
Implica prácticas empresariales que reducen la dependencia de la moneda, como por ejemplo
- Facturación en la moneda nacional
- Correspondencia de costes e ingresos en la misma moneda
- Diversificar el abastecimiento y la producción entre regiones
4. Ejecutar y controlar la cobertura
Una vez establecida la estrategia, las empresas ejecutan la cobertura a través de su equipo de tesorería o de socios externos (por ejemplo, bancos o plataformas de divisas). La supervisión continua es fundamental para garantizar que la cobertura se mantiene alineada con las condiciones cambiantes del mercado y las necesidades empresariales.
¿Cuál es el riesgo de la cobertura de divisas?
Aunque la cobertura es una poderosa herramienta para gestionar el riesgo cambiario, no está exenta de dificultades. Una cobertura mal diseñada o ejecutada puede introducir nuevos riesgos, reducir la flexibilidad financiera o incluso provocar pérdidas imprevistas.
Comprender estos riesgos es esencial para construir una estrategia de cobertura que proteja el negocio sin crear costes o exposición innecesarios.
Los riesgos habituales de la cobertura de divisas son
- Coeficientes de cobertura imperfectos: Un desajuste entre la cobertura y la exposición subyacente, debido a una previsión inexacta, a cambios en el volumen de transacciones o a desajustes temporales, puede dar lugar a una protección ineficaz. Incluso una pequeña desviación puede dejar partes de la exposición sin cubrir o con una cobertura excesiva.
- Pérdida de oportunidad: La cobertura bloquea los tipos de cambio, lo que puede impedir que las empresas se beneficien si el mercado evoluciona favorablemente. Por ejemplo, si una empresa se cubre frente a una moneda extranjera más débil y esa moneda se fortalece inesperadamente, puede perder ganancias potenciales.
- Coste de la cobertura: Utilizar instrumentos financieros como contratos a plazo u opciones conlleva costes, como primas, diferenciales o gastos administrativos. Con el tiempo, estos gastos pueden acumularse y erosionar los márgenes, sobre todo si la cobertura no está bien orientada.
- Cobertura excesiva o insuficiente: Cubrir demasiado o demasiado poco expone a la empresa a riesgos opuestos. Una cobertura excesiva puede provocar pérdidas especulativas si la empresa no genera la exposición prevista. Una cobertura insuficiente, por otra parte, deja a la empresa vulnerable a los mismos movimientos de divisas contra los que pretendía protegerse.
- Riesgo de contraparte: Al cubrirse a través de bancos o instituciones financieras, siempre existe la posibilidad de que la contraparte incumpla o no cumpla el contrato, especialmente en épocas de tensión en el mercado. Es fundamental elegir socios de confianza y controlar los límites de exposición.
El papel de una política de cobertura
Para gestionar eficazmente estos riesgos, las empresas necesitan una política de cobertura clara y bien estructurada. Ésta debe describir:
- Objetivos y tolerancia al riesgo
- Instrumentos y estrategias aprobados
- Funciones y responsabilidades
- Normas de medición e información de resultados
Al equilibrar la reducción de riesgos con la eficiencia de costes, una política de ocultación meditada ayuda a garantizar que la protección de divisas respalda objetivos financieros y estratégicos más amplios, sin introducir una complejidad o exposición innecesarias.
Enfoques estratégicos de cobertura para gestionar el riesgo cambiario
La cobertura estratégica va más allá de las respuestas ad hoc a los movimientos de las divisas: es un planteamiento a largo plazo, basado en políticas, para gestionar la exposición a las divisas de acuerdo con los objetivos financieros más amplios de una empresa. En lugar de reaccionar a los cambios del mercado, las empresas que adoptan la cobertura estratégica establecen directrices y objetivos claros para gestionar sistemáticamente el riesgo entre divisas, zonas geográficas y zonas horarias.
El principio básico de la cobertura estratégica es la alineación: alinear las actividades de cobertura con el apetito de riesgo, los objetivos financieros y las realidades operativas de la empresa. Esto garantiza que la cobertura apoye, y no obstaculice, el rendimiento empresarial y la toma de decisiones.
La cobertura estratégica implica:
- Establecer políticas formales de gestión de riesgos
- Definir niveles aceptables de exposición
- Seleccionar la combinación adecuada de herramientas de cobertura
- Controlar los resultados y adaptarlos a medida que cambien las condiciones.
Y lo que es más importante, reconoce que no existe una solución única para todos. La estrategia de cobertura adecuada depende de la naturaleza, el tamaño, el momento y la complejidad de cada exposición.
Visión general de las técnicas de cobertura
Las empresas tienen acceso a una serie de herramientas financieras y operativas para gestionar el riesgo cambiario. Cada técnica ofrece ventajas distintas y es adecuada para diferentes tipos de exposiciones.
Contratos a plazo
Un acuerdo para comprar o vender una divisa a un tipo predeterminado en una fecha futura.
Caso práctico: Ideal para cubrir flujos de caja futuros conocidos, como órdenes de compra o pagos de clientes.
Contratos de futuros
Contratos normalizados negociados en bolsa, similares a los contratos a plazo, pero con márgenes diarios.
Caso práctico: Adecuado para empresas que necesitan liquidez y transparencia, a menudo lo utilizan las grandes empresas o las que tienen una exposición especulativa.
Opciones
Contratos que dan el derecho, pero no la obligación, de cambiar divisas a un tipo de cambio establecido.
Caso práctico: Útil cuando hay incertidumbre sobre el momento o el valor de una transacción; proporciona protección a la baja con participación potencial al alza.
Swaps de divisas
Acuerdos para intercambiar flujos de caja en dos monedas durante un cierto tiempo.
Caso práctico: A menudo se utiliza para necesidades de cobertura a largo plazo, como la gestión de los pagos de intereses y principal de la deuda externa.
Setos naturales
Implica estructurar las operaciones para minimizar la exposición: por ejemplo, obtener ingresos y realizar gastos en la misma moneda.
Caso práctico: Funciona bien para empresas con operaciones globales que buscan alinear entradas y salidas de forma natural.
Estrategias operativas
Incluye tácticas como facturar en la moneda nacional, diversificar las cadenas de suministro o deslocalizar la producción.
Caso práctico: Eficaz para reducir la exposición a largo plazo mediante ajustes del modelo empresarial en lugar de instrumentos financieros.
Muchas empresas consideran que un enfoque mixto -que combina varias de estas técnicas- proporciona la mayor flexibilidad y control.
Ventajas de la cobertura en la gestión del riesgo de cambio
Un enfoque estructurado de la cobertura del riesgo cambiario ofrece mucho más que protección frente a las oscilaciones de las divisas: permite tomar mejores decisiones, mejora la salud financiera y refuerza las relaciones con las partes interesadas. Cuando se aplica eficazmente, la cobertura se convierte en un facilitador estratégico, no sólo en una medida defensiva.
Previsibilidad de los costes
Uno de los beneficios más inmediatos de la cobertura es el bloqueo de los tipos de cambio, que permite a las empresas prever costes e ingresos con mayor certeza.
Esta previsibilidad es fundamental para la elaboración de presupuestos, las estrategias de precios y la planificación a largo plazo, especialmente en sectores con márgenes estrechos o largos plazos de entrega.
Protección frente a movimientos adversos de las divisas
La cobertura actúa como una red de seguridad financiera, protegiendo a la empresa de la volatilidad inesperada y potencialmente perjudicial del tipo de cambio. Ayuda a preservar la rentabilidad minimizando el impacto de las variaciones desfavorables de los tipos de cambio, sobre todo en periodos de inestabilidad geopolítica o económica.
Mejora de la planificación y previsión financieras
Con la exposición a las divisas bajo control, los equipos financieros pueden elaborar previsiones más precisas, alinear los objetivos financieros con los planes operativos y reducir la necesidad de ajustes reactivos. Esta estabilidad favorece una mejor gestión del flujo de caja y la asignación de recursos.
Mayor competitividad global
La cobertura permite a las empresas conseguir precios más coherentes en las transacciones financieras internacionales, reduciendo la necesidad de ajustes constantes de precios debidos a los cambios de divisas.
Esto puede ser una ventaja competitiva en los mercados globales, donde se valora la previsibilidad y la transparencia.
Apoyo al cumplimiento y la gobernanza
Una política de cobertura formal ayuda a cumplir las normas de gobierno interno y los requisitos de cumplimiento externo, sobre todo para las empresas públicas o las que operan en sectores regulados.
Una documentación y unos informes claros sobre los costes y las actividades de cobertura contribuyen a la preparación para las auditorías y a la transparencia.
Mayor confianza de las partes interesadas
Los inversores, prestamistas y socios valoran la estabilidad financiera. Una empresa que gestiona activamente el riesgo de FX demuestra una administración financiera madura, que puede mejorar el acceso al capital, reducir los costes de los préstamos y mejorar la confianza general de las partes interesadas.
Potencial para mejorar la valoración de la empresa
La volatilidad de las divisas y un mayor control financiero pueden influir positivamente en la valoración de la empresa, especialmente para las empresas que se preparan para fusiones y adquisiciones, rondas de financiación o cotizaciones públicas.
Los resultados constantes, libres de perturbaciones cambiarias, suelen considerarse una señal de resistencia.
¿Cómo pueden cubrirse las empresas contra el riesgo de cambio?
Gestionar eficazmente el riesgo de divisas requiere algo más que elegir las herramientas de cobertura adecuadas: exige un proceso estructurado y disciplinado, respaldado por políticas, supervisión y experiencia.
He aquí cómo las empresas pueden tomar medidas prácticas para construir y ejecutar con éxito una estrategia de gestión del riesgo cambiario:
Identificar y evaluar la exposición a divisas
Empieza por trazar un mapa de todas las áreas de la empresa en las que la moneda extranjera desempeña un papel. Esto incluye:
- Pagos entrantes y salientes en moneda extranjera
- Previsión de ingresos y costes de las operaciones internacionales
- Inversiones extranjeras y transferencias intraempresariales
- Comprender el tamaño, el momento y la volatilidad de cada exposición ayuda a priorizar los esfuerzos de cobertura
Desarrollar una política formal de riesgo de divisas
Una política de divisas bien documentada proporciona directrices y controles claros sobre cómo gestiona la empresa el riesgo de divisas. Debe definir:
- Objetivos y tolerancia al riesgo
- Instrumentos elegibles y técnicas de cobertura
- Procesos de aprobación y requisitos de información
- Funciones y responsabilidades en todos los departamentos.
Esta política sirve como marco de gobierno para garantizar la coherencia, la responsabilidad y el cumplimiento en toda la organización.
Elige los instrumentos de cobertura adecuados
Selecciona métodos de cobertura financiera u operativa en función del tipo y la duración de la exposición. Entre los instrumentos habituales se incluyen:
- Contratos a plazo de obligaciones a plazo fijo
- Opciones para flujos de caja inciertos con potencial alcista
- Swaps para financiación a más largo plazo o exposición del balance
- Coberturas operativas, como facturar en moneda local o igualar ingresos y gastos.
La clave es alinear los instrumentos con los objetivos empresariales y los perfiles de riesgo, no limitarse a seguir las tendencias del mercado.
Involucrar a las funciones de tesorería o a asesores externos
Para muchas empresas, especialmente las que tienen operaciones complejas o globales, la gestión del riesgo de divisas está dirigida por el equipo de tesorería corporativa. Los profesionales de la tesorería se encargan:
- Análisis del mercado
- Ejecución de coberturas
- Cumplimiento y tratamiento contable de las coberturas
- Comunicación interna e informes.
Las empresas más pequeñas o las que carecen de experiencia interna suelen beneficiarse de trabajar con consultores de divisas, bancos o plataformas fintech que ofrecen orientación y apoyo en la ejecución.
Controlar, medir y ajustar
La gestión del riesgo cambiario no es una actividad puntual. Las empresas deben supervisar continuamente la exposición, hacer un seguimiento de la eficacia de las coberturas y adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado o a las necesidades del negocio.
Los informes periódicos y las revisiones del rendimiento ayudan a garantizar que la estrategia sigue alineada con los objetivos y aporta valor.
Aprovechar los precios multidivisa para reducir la exposición
La fijación de precios multidivisa es una estrategia proactiva de cobertura operativa en la que las empresas ofrecen productos o servicios en las monedas locales de sus clientes. Este enfoque ayuda a reducir el riesgo cambiario alineando los ingresos con los gastos locales, minimizando la necesidad de conversiones y la exposición a las fluctuaciones de los tipos de cambio.
Las principales ventajas son:
- Reduce la exposición al tipo de cambio: La correspondencia de ingresos y costes en la misma moneda limita la erosión del margen de beneficios debida a las oscilaciones de las divisas.
- Mejora la experiencia del cliente: Los compradores prefieren ver los precios en su moneda local, lo que mejora la confianza y las tasas de conversión.
- Impulsa la competitividad global: Permite una fijación de precios estable y adecuada al mercado, sin ajustes constantes del tipo de cambio.
Para ponerlas en práctica, las empresas necesitan herramientas de divisas fiables, políticas de precios claras y capacidades de contabilidad multidivisa.
La conversión dinámica de divisas como herramienta de cobertura
La conversión dinámica de divisas (CCD) permite a los clientes internacionales pagar en su moneda nacional en el punto de venta. El tipo de cambio se fija en el momento de la compra, lo que reduce la exposición del comerciante a las divisas.
Las ventajas para los comerciantes incluyen:
- Minimiza el riesgo cambiario: traslada el riesgo cambiario al procesador de pagos liquidando las transacciones en la moneda del cliente.
- Mejora la transparencia: Los clientes ven los cargos en su moneda nacional, lo que genera confianza y claridad.
- Agiliza las operaciones: Reduce la necesidad de gestionar varias monedas y simplifica la conciliación
- Ofrece flexibilidad: Apoya las ventas globales sin una compleja gestión de precios o divisas.
El DCC es una forma sencilla y eficaz de reducir el riesgo cambiario, especialmente para las empresas con grandes volúmenes de transacciones transfronterizas.
El papel de los tipos de cambio garantizados en la cobertura
Los tipos de cambio garantizados fijan un tipo de cambio para una transacción futura, proporcionando claridad, coherencia y protección frente a las oscilaciones del mercado.
Al fijar el tipo por adelantado (normalmente mediante un contrato a plazo), las empresas eliminan la incertidumbre, protegen los márgenes y planifican con confianza. Este enfoque elimina el riesgo de que los movimientos desfavorables de las divisas afecten a los pagos o cobros futuros.
¿Cuándo son útiles los tipos garantizados?
Los tipos de cambio garantizados son especialmente eficaces cuando:
- Presupuestación de operaciones internacionales: Garantiza que las previsiones coincidan con los datos reales
- Gestión de Transacciones Grandes o de Alto Riesgo: Protege los desembolsos de capital o los contratos importantes de la volatilidad del tipo de cambio
- Ofrecer precios fijos: Permite precios estables en mercados extranjeros sin riesgo de margen
- Cumplimiento de obligaciones contractuales: Bloquea costes o ingresos vinculados a compromisos futuros.
Para las empresas que desean eliminar las conjeturas sobre el riesgo cambiario, los tipos garantizados ofrecen una forma sencilla y eficaz de mantener el control, independientemente de cómo se mueva el mercado.
Gestión automatizada del riesgo para una cobertura eficaz de las divisas
Las herramientas automatizadas de gestión del riesgo de divisas utilizan la tecnología para hacer un seguimiento de las exposiciones y ejecutar coberturas en tiempo real, convirtiendo un proceso que antes era manual en un flujo de trabajo racionalizado e inteligente.
Al automatizar la captura de datos, el análisis de la exposición y la ejecución de coberturas, las empresas se benefician de:
- Tiempos de respuesta más rápidos: Capta los cambios del mercado y actúa de inmediato
- Menos errores manuales: Reduce el riesgo de los procesos basados en hojas de cálculo
- Cumplimiento mejorado: Garantiza el cumplimiento de las políticas y la elaboración de informes listos para la auditoría
La automatización también permite una cobertura dinámica, ajustando las posiciones a medida que evolucionan las exposiciones o las condiciones del mercado. Esta agilidad ayuda a las empresas a mantener una cobertura óptima, minimizar los costes y adelantarse a la volatilidad sin una supervisión manual constante.
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